EXPLÍCATE: ELLOS NO LO SABEN

Por fín! Después de horas y horas de trabajo tienes una presentación 10. Has conseguido encontrar el tiempo para estructurarla, memorizarla y ensayarla. Has comprobado que todo funciona, que el inicio va a engancharlos y que el final es memorable. Pero al subir al escenario y empezar tu intervención, percibes que algo no va bien…

Has empezado como tenías previsto. Las ideas fluyen, los visuales funcionan. Has hecho la introducción de forma correcta, con argumentos de peso, datos impactantes, una cita "infalible”,  un chiste de José Mota… Y algo falla.

La gente no te mira con la atención que esperabas, de hecho algunos ni te miran. Las caras de los que atienden no reflejan el entusiasmo que preveías, y los datos no provocan ningún tipo de reacción. El “chapapote” del aburrimiento empieza a inundar la sala de forma lenta pero implacable. ¿Qué diablos pasa?

 

BIENVENIDO AL MUNDO REAL

Lo más probable, por mi experiencia, es que hayas perdido de vista algo fundamental.

Podríamos hablar de la creación de expectativas (las tuyas, por supuesto) y otras posibilidades, pero vamos a ir, insisto, a la causa más probable de tus males: te has olvidado de comunicar. Mejor dicho: no te has olvidado, pero no lo estás consiguiendo. Y eso ocurre porque no estás con tus espectadores.

 

CONOCER EL CAMINO Y ANDAR EL CAMINO

Conoces el camino (el trayecto, las ideas que conforman el recorrido de tu presentación), pero no lo estás andando. Es decir, no lo estás compartiendo con quien te escucha. Estás dando todos los pasos, pero perdiendo de vista el objetivo fundamental: comunicar.

La diferencia entre conocer tu presentación y andarla es la misma que había entre aquel profesor insoportable (seguro que recuerdas alguno) y aquel brillante (seguro que lo recuerdas aún más). La misma que hay entre trasladar información y comunicar. La misma que hay entre un orador efectivo, y uno que no lo es.

 

 ¿PASTILLA ROJA, O PASTILLA AZUL?

Un par de consejos útiles para cambiar las cosas:

  • Ponte el ‘chip’ explicativo.- No debes olvidar que, por mucho que tú conozcas el contenido, tu audiencia no lo conoce. Debes adoptar la actitud de explicar esas ideas, de compartirlas. Esa actitud se trasladará a tu voz y a tus gestos, y va a hacer que tu comunicación sea realmente eso: comunicación.
  • Descúbrelo con ellos.- Deja que las emociones formen parte de la comunicación. Si hay algo sorprendente, divertido, interesante, curioso… Exprésalo así. No olvides que la clave para trasladar emociones está en ti mismo.
  • Habla para niños de 10 años.- Por dos motivos:
    • Cuando hablamos para niños, nos volvemos más expresivos. Y eso favorece la comunicación. Adquirir la riqueza de tonos y expresiones de los antiguos (o modernos) cuentacuentos ayudará enormemente a hacer tu comunicación más efectiva.
    • Cuando hablamos para niños, simplificamos. Y eso siempre, siempre, siempre es bueno. Repite conmigo: “No haré presentaciones solemnes, no haré presentaciones solemnes…”

Y sí. Sé perfectamente que todo eso te sonará extraño. Pero debes escoger: probarlo y descubrir las verdaderas posibilidades de tu presentación, o hacer lo de siempre, consiguiendo los resultados de siempre.

Pastilla roja, o pastilla azul. Tú eliges.

 

LA MADRIGUERA DE CONEJOS

Se avecinan muchos cambios en TEATRICOM. Externos e internos. Nueva web, nuevo concepto, cambios también a nivel personal… Resumiendo: voy a pasarme el verano en obras!

Como siempre, es cuestión de convertir los cambios en oportunidades. Y para implementar mejor los cambios (y no acabar odiando el blog), voy a dejar de publicar hasta mediados de septiembre. En ese momento, con la nueva web, y nuevas herramientas, volveremos a encontrarnos.

Y todo con el objetivo de ayudarte a andar el camino  de tus presentaciones, enseñarte El País De Las Maravillas de la comunicación en público ydescubrir contigo hasta dónde llega la madriguera de conejos.

Espero que disfrutes de las vacaciones. Nos vemos a la vuelta!

“A más ver…”