DINÁMICAS... DINÁMICAS!!!

Últimamente me ha pasado en tres ocasiones: el ponente empieza su presentación con una dinámica. Y eso, a priori una buena idea, se convierte en un inicio pesado, aburrido y nada estimulante. Y yo que no dejo de preguntarme: ¿Cómo puede ser?

Como siempre, no diré nombres; pero os aseguro que la afirmación del principio se corresponde totalmente con la realidad.

Incluir dinámicas en una presentación, como digo, puede ser muy beneficioso; aunque debemos usar el recurso con tiento e incluso con mano izquierda. Una dinámica puede ser tan simple como pedirle a la audiencia que anote 3 respuestas a una pregunta, o tan compleja como pedirles que jueguen una liguilla de futbolín. Y ahí nos encontramos con el primer pequeño-gran obstáculo: estamos PIDIÉNDOLES algo. Y eso puede no ser una muy buena idea, al menos al principio. No olvides que, para pedir algo, es aconsejable haber dado algo primero; y si haces la dinámica de inicio no habrás tenido tiempo de darles nada aún.

Dicho esto, tiene su lógica que los ponentes (algunos muy buenos) las usen de entrada. Las dinámicas en general cumplen varios objetivos, desde captar (o renovar) la atención de la audiencia, hasta demostrar cosas concretas (haciendo una prueba práctica). Intuyo que, para muchos, prima el objetivo de captar la atención, y por eso las usan como arranque. Es una forma de conseguir que el público ‘deje la mochila’ de su día a día (la última reunión, la última llamada, el último mail…) y se centre en el objeto de la presentación. No obstante, te aconsejo que valores muy mucho ponerla al inicio –recuerda la idea de ‘empezar pidiendo’-. Hay otras formas igualmente útiles de captar la atención, sin olvidar que al principio la atención y las expectativas de la audiencia están en uno de sus momentos álgidos.

Yo prefiero usarlas a partir de minuto 15, o incluso después: con los mismos beneficios, me parecen mucho más útiles cuando la gente ya empieza a removerse en sus asientos, o a consultar su smartphone.

Aparte de todo eso, hay otro motivo por el cual los ponentes que he mencionado al principio no conseguían sus objetivos:

‘VENDER’ LA DINÁMICA

En los 3 casos pasaba lo mismo: el ponente propone una dinámica con el ímpetu de un cactus y el entusiasmo de un mejillón. Y eso va diametralmente en contra de lo que pretendemos conseguir.

Me encantan las dinámicas físicas, aunque ¡sin excesos!

Me encantan las dinámicas físicas, aunque ¡sin excesos!

De acuerdo, quizá la idea de ‘vender’ la dinámica pueda sonar rara. Pero es EXACTAMENTE lo que deberías hacer. Ponerle ganas, entusiasmo. Proponerlo como algo divertido y estimulante. De forma muy parecida a como propondrías un juego en una cena con amigos, o incluso a un grupo de niños. No olvides que tu audiencia está en ‘modo escucha’. Recibiendo información. En actitud semi-pasiva. Y para pasar del reposo a la acción –aunque sea mínima-, todos necesitamos un pequeño (o gran) empujoncito.

Eso, fundamentalmente, se traducirá en tres cosas:

  • Tu actitud.- Vocal y corporal. Las ganas y el ímpetu con que propongas el ejercicio se traducirán en tu paralenguaje y en tu comunicación no verbal; y ese ímpetu y esas ganas es justamente lo que deberían transmitir. Recuerda el ejemplo del juego en la cena con amigos.
  • Las expectativas.- Otro recurso útil. ‘Vende’ la dinámica como algo estimulante, divertido, curioso:
“Quiero proponeros una práctica muy simple, pero muy reveladora…”
“Llegados a este punto, me gustaría hacer con vosotros un pequeño experimento…”
  • Tu participación.- Recuerda: estás proponiendo a la gente que haga algo. Que pase del reposo a la acción. Y eso, a veces, no apetece. Por eso es interesante que des ejemplo. Que lo hagas con ellos. Que los acompañes (e incluso los guíes) en la práctica, sobre todo si es física. ¿Crees que tus amigos participarán en un juego que les propongas si tú no juegas? Pues esa misma lógica aplica a tu audiencia.

De hecho, las dinámicas físicas –sin excesos, no estamos en un gimnasio- son mis favoritas, y casi siempre incluyo alguna. Y es que las dinámicas, como su propio nombre indica, deben ser, sobre todo, DINÁMICAS!!!

‘A más ver…’