SOBRE “UP IN THE AIR” Y LOS FINALES
Una película u obra de teatro puede acabar de muchas maneras. Hay finales abiertos y cerrados, finales felices o deprimentes. Ese es un lujo que no puedes permitirte en una presentación, pero…
Hace pocos días tuve la oportunidad de ver “Up in the Air”, una comedia romántica poco usual y una reflexión sobre los cambios vitales en general. Una muy buena película, amable en su forma y más dura (o reflexiva) en su contenido. Magníficamente interpretada por George Clooney, Vera Farmiga y Anna Kendrick, y dirigida por Jason Reitman (Juno), que también coescribió el guión. Nominada a 6 oscars (de los que no se llevó ninguno), sí triunfó en los Bafta y en los Globos de Oro, que premiaron su guión. (enlace a la web oficial)
No pretendo espoilear el final, y más siendo una película que recomiendo, pero a mí me sorprendió, y mucho:
- De entrada, me decepcionó. La peli mantiene un tono amable y reconocible, que cambia con el final (y no digo más, tranquilos…)
- La sorpresa inicial, dio paso a la reflexión. Ese final permanece en la memoria, y ese “shock” se torna análisis. Como espectador “interpretas” el final, sacas tus propias conclusiones.
- Y por último, todo ese proceso afianza los contenidos. Sigue en mi memoria, me ha dado para este post, y no descarto usar la peli como ejemplo en algún curso.
Dicho de otra manera, “Up in the air” tiene un final abierto… y memorable.
FINALES ABIERTOS Y CERRADOS
En la escritura de guiones se distingue entre los finales abiertos y los cerrados. Los cerrados son concretos. El prota mata al malo. El prota llega a su destino. El prota consigue a la chica… Todas las preguntas se responden, nada queda al azar, y todas las emociones/expectativas del público tienen respuesta. Estos finales son especialmente agradecidos, ya que nada hay más satisfactorio que volver a casa con el malo muerto, y bien muerto, y con los amantes juntos y para siempre.
Los finales abiertos, en cambio, dejan algunas de las preguntas en el aire. No todo se resuelve, y no todas las expectativas del público se ven cumplidas. A pesar de eso, y como en mi caso con esta peli, a veces el riesgo de no satisfacer completamente al público tiene su recompensa: el recuerdo.
EL FINAL DE TU PRESENTACIÓN: ¡APROVECHA PARA SORPRENDER!
Tu presentación no es una peli. No puedes permitirte un final abierto o “interpretable”. Debes ser concreto. Conciso. Reforzar tu mensaje central, incitar a la acción. Por supuesto. No pretendo lo contrario. Simplemente proponerte una idea: reserva una sorpresa para el final.
Como en una película, esa sorpresa final, ese dato reservado, esa característica antes no mencionada, esa cita que inspira y da sentido a todo lo anterior es una gran conexión con las emociones del espectador. Un final sorprendente captará aún más su atención, y puede incluso dar una nueva perspectiva a todo lo que hayas expuesto. Esa información relevante de última hora afianzará tu mensaje y hará que perdure mucho más tiempo en la memoria de quien te escuche.
“A más ver…”