VISUAL-THINKING: VERLO PARA VENDERLO

Hace tres días que recibí en casa el libro ‘Tu mundo en una servilleta’, de Dan Roam. Un librito sencillo y apasionante sobre el pensamiento (y la comunicación) visual. Y es que, si puedes verlo, puedes contarlo… y puedes venderlo.

Confieso que sólo he leído la introducción, pero es que Roam empieza contándonos cómo descubrió los beneficios del Visual-Thinking A TRAVÉS DE UNA PRESENTACIÓN. Y, como comprenderás, la tentación ha sido demasiado fuerte.

RESOLVER PROBLEMAS

El autor propone una metodología para resolver los problemas más complejos a partir de dibujos y esquemas que cualquiera puede hacer. Y eso, de por sí, es una herramienta útil (de hecho, el librito fue elegido ‘libro del año’ por Time o BusinessWeek). Aunque también nos habla de ‘cómo presentar un plan de ventas armados únicamente con una pizarra, un rotulador y un puñado de ideas bien enfocadas’. Y eso me ha enamorado.

¿En serio? ¿Podemos plantearnos una presentación así? ¿Puede ser efectivo un planteamiento tan poco habitual?

Sinceramente, nunca lo he probado. Pero sin duda, plantear tu presentación de esa forma tiene muchísimas

VENTAJAS

  •          CLARIDAD.- Las ideas que puedes expresar mediante dibujos estarán mucho más claras para ti, y en consecuencia también para quien te escucha. Y ese es uno de los grandes retos al hablar en público: enfocar. La semana pasada, gracias a Chris Anderson, vimos la importancia de hablar de una sola idea central, y de que todo gire sobre ella.
  •          SIMPLICIDAD.- Y eso, en varios aspectos:

Una pizarra, un rotulador y tú. No necesitas más. Olvídate de proyectores que no funcionan, de programas o dispositivos obsoletos y de las dichosas pilas del mando a distancia.

Olvídate de memorizar el guion: los dibujos estarán ahí para ayudarte. Deberás hacer un esfuerzo previo en ese aspecto: los dibujos son igual a la estructura, y deberás definir esa estructura visualmente. Pero una vez hecho eso... ¡Olvídate del blanco!

  •          ESPONTANEIDAD Y COMUNICACIÓN.- Podrás permitirte una conexión mucho más auténtica a la hora de hablar en público. Tendrás muchos de los elementos que más estresan a tu favor, y además te estarás ocupando de lo realmente importante: comunicar. Los dibujos, por sí mismos, no explicarán nada; por ello tu implicación y tu actitud se enfocarán en darles sentido, y eso hará que tu comunicación esté realmente viva.

Dicho esto, he de decir que también le veo algunos

INCONVENIENTES

  •          TIEMPO.- Debes expresar visualmente tu idea, y que esa representación funcione. Eso necesitará una inversión de tiempo considerable. 
  •          RIESGOS.- Si la representación visual no es todo lo simple o elegante que te gustaría, puedes irte al extremo contrario: usar 73 dibujos que sólo sirvan para liar al público, y alejarlos de la idea que pretendes compartir.
  •           OJO CON LA PIZARRA.- Al igual que con el PowerPoint y otros software de presentaciones, la ayuda puede convertirse en un obstáculo: si por el hecho de dibujar pierdes conexión con la audiencia, dejas de usar tu voz y tu cuerpo con soltura o acabas ‘escondiéndote’ detrás del dibujo, habrás caído en la ‘muerte por visual-thinking’.

Como veis, un recurso más. Un recurso, creo, elegante y funcional. Y un recurso que, si no planteas bien tu intervención, también tiene sus riesgos.

Hablar en público significa conectar con el público. Y esa debe ser siempre nuestra prioridad. Por tanto, cualquier idea que aporte claridad y funcionalidad podrá ayudarnos… Siempre que la usemos con criterio.